Cuando adquieres un producto de piel, como pueden ser unos zapatos, es importante darles los cuidados que se merecen para aumentar su durabilidad y que no sufran deformaciones con el paso del tiempo, ni se desgaste el color. Desde Hosbo, y como expertos en tratar con piel de cabra, os ofrecemos una serie de consejos para que, cuando adquiramos un zapato de piel, se conserve como el primer día durante mucho más tiempo.

Es importante prestar atención a unos fáciles consejos: debemos guardar nuestro calzado de la manera adecuada. Si van a permanecer mucho tiempo en cajas, como cuando realizamos el cambio de temporada, deberían ir dentro de una bolsa de algodón y con sus hormas correspondientes para conservar su forma. No abusar de los productos de limpieza que puedan resultar contraproducentes. Si nuestro calzado requiere de cremas, grasas, cepillos o gamuzas, es importante que sean de la mejor calidad posible y que tras la aplicación retiremos el exceso de producto. Si no los aplicamos correctamente, podrían dañar la piel del zapato. Por último, es adecuado utilizar un calzador para que no se produzcan deformaciones y además, para facilitar el calce.

Tratamiento para las pieles de cabra

Las pieles de cabra, como las que tenemos en Hosbo, son ideales para el calzado y además, son de primera calidad y por ello, es importante prestarles la atención que merecen. Aunque un calzado con este tipo de material pueda durar años, si lo cuidamos tendrá el brillo y la apariencia del primer día. ¿Cómo cuidamos nuestros zapatos de piel? Si aplicamos algún tipo de crema es importante que sea de textura sólida y en el tono correspondiente. Una vez el producto elegido, cepillamos el zapato para quitar cualquier residuo de polvo que pueda contener, a continuación, aplicamos un pequeña parte del betún y cepillamos a conciencia para quitar cualquier exceso de producto que pueda contener. Por último, frotamos con una gamuza de algodón todo el zapato para secarlo por completo y que el zapato no quede humedecido.