Piel y cuero es sinónimo de calidad, pero no todos los tipos de piel se adaptan igual a los diferentes productos que se suelen vender. Si quieres conocer las calidades de cada uno, sigue leyendo, te mostraremos si son comunes y sus principales características.

Piel de becerro: La piel del becerro es muy fina y casi sin textura comparada con la piel vacuna, por ejemplo. Sus mayores características son su textura suave y delicada, casi aterciopelada. Pero que no nos lleve al engaño, la piel de becerro es muy resistente. Su textura es posible, gracias a que los folículos capilares están mucho más cerca unos de otros.

Piel de vaca: El cuero de la vaca es el más común, debido a su calidad y versatilidad, lo cual la hace apta para su aplicación en cualquier tipo de producto. De estructura compacta, suave al taco y a pesar de poseer cierta rigidez es muy flexible. Sin embargo, es normal que presente marcas superficiales, como agujeros, arañazos o estrías.

Piel de carnero y oveja: Un tipo de piel difícil de tratar, no es sencillo repujarla o grabarla. Curtida al vegetal se la conoce como badana.

Piel de potro: De calidad algo inferior a la vaca y por tanto más económica.  Aun así presenta buenas cualidades para ser trabajada y según de que sección del animal, tendrá una textura u otra. De la parte delantera su piel es más ligera, sin embargo, si pertenece a los cuartos traseros, la piel es más gruesa y compacta.

Piel de cabra, la más demandada por diseñadores de lujo

272La piel en la que basamos nuestro trabajo y en la que HOSBO somos expertos. Es una de las pieles favoritas, sobre todo en el sector de la moda. Sus principales características son, suavidad, flexibilidad y resistencia. Además, es muy fina, lo cual la hace ideal para trabajarla en diferentes productos como, guantes, bolsos, billeteros, carteras y calzados de lujo.

Es habitual verla en los productos de las firmas de lujo, muy demandado por diseñadores de moda con prestigio.